Después de un descanso tras el final del curso y de las vacaciones ha llegado el momento en el que me encuentro más serena para hacer balance de un año muy importante para mi.
Como sabéis este curso he debutado como maestra. Durante estos meses de ilusión y caos (en el buen sentido) he vivido un sinfín de experiencias que difícilmente cabrían en estas líneas pero de las que me siento muy afortunada. Tras la tormenta llega la calma y no hay nada mejor que hacer balance para darme cuenta de que estoy muy agradecida por varios motivos; he podido estar con mis alumnos hasta final de curso, los he conocido bien y hemos compartido muy buenos momentos. He tenido muy buenos compañeros de los que me llevo la sabiduría de la experiencia, las miradas cómplices, sus sonrisas y la importancia de saber tener los pies en la tierra. En definitiva, me he sentido parte viva de mi centro.
Como ya he comentado en otras ocasiones he sido la profe de compensatoria, función que tuve que aprender muy rápidamente y de la que desconocía casi todo.Después de la locura que me supuso el principio de curso todo se fue aclarando poco a poco y cobrando forma. Es cierto que siempre he querido ser tutora pero reconozco que compensatoria me ha ayudado a conocer todo primaria y a tener una visión general de cómo se trabaja en cada curso. Resulta que compensatoria me ha gustado y no me importaría repetir la experiencia.
Sin embargo, una de las pegas de ser interina es la incertidumbre de no saber dónde estaré el próximo curso. Todavía no sé cuándo me llamarán ni, por supuesto, qué cole me tocará. Es una situación incómoda pero sea como sea las pilas ya las tengo cargadas y voy dispuesta a aprender y disfrutar. Os mantendré informados.
Os dejo de regalito estas 10 bonitas frases
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